Villaseca de la Sagra


VILLASECA
DE LA SAGRA
La muy noble y leal villa



E
n la antigua región de la Transierra, entre Madrid y Toledo, se extiende una gran llanura castellana: La Sagra de los campos de trigo y de legumbres, de los tejares de ladrillos y de los yesares, la pródiga Sagra de los lagares de vino y almazaras de aceite. Por el sureste está delimitada nítidamente por el río Tajo, que le da un algo de consuelo entre tanta sequedad. Y justamente ahí, velando su ribera, se erige altanera Villaseca, titulada de La Sagra como otras villas hermanas.
Situada en un lugar estratégico de la geografía toledana, a tan sólo 20 km de la plaza de Zocodover de Toledo, y a unos 65 km de la Puerta del Sol de Madrid, su término municipal está cruzado por diferentes caminos, carreteras, autovías y vías férreas, lo que nos recuerda su carácter de encrucijada de caminos en la antigüedad.
Desde el Paleolítico hasta la actualidad, pasando por la Edad Media, en la que árabes y cristianos se disputaron con ferocidad la posesión de sus cerros tan estratégicos para la defensa de Toledo, estas tierras han estado ocupadas por todo tipo de civilizaciones, encontrando en sus abastecidas llanuras lugar de cobijo y sustento. Quizá por ello, Villaseca de La Sagra ha sido una villa muy visitada por los Reyes, desde Alfonso VI hasta Felipe V, encontrando unos en su fortaleza la protección en tiempos de guerras, y en su palacio otros el recreo en las épocas de paz. La injuria de los tiempos ha querido que a duras penas se mantengan en pie las ruinas del que fuera palacio de recreo de los Austrias; sin embargo, el recuerdo de tan ilustre lugar nos ha llegado a través de infinidad de testimonios. Por eso, no puede entenderse la historia de esta villa si no conocemos primero la de Aceca, antiguo despoblado, hoy incluido en su término municipal, donde hay que situar el origen de la actual Villaseca de La Sagra.
En el siglo XV, incorporada al señorío de los Montemayor, inició su nueva andadura en una España que se preparaba para grandes cambios. Sin embargo, la fidelidad de su señor a Carlos I hizo padecer a la población uno de los episodios más trágicos de su historia: el incendio y saqueo de la villa en la Guerra de Comunidades, que dejó su impronta en el escudo del municipio. Pero los villasecanos se repusieron de tan duro golpe y levantaron de nuevo la villa, al igual que lo hicieron sus antecesores en Aceca después de ser devastada por los almorávides.
Actualmente, Villaseca de La Sagra es un municipio tranquilo, afable, que ha sabido mantener el sabor rural en su casco antiguo, conservando un trazado viario lleno de sorpresas para el visitante. Los testimonios del pasado le salen al paso y evocan la modesta grandeza de sus tiempos pasados. Pero a la vez, Villaseca es un pueblo laborioso, próspero, muy bien situado, que ha sabido prepararse para afrontar con éxito los retos que le depara el futuro.


Editorial: Boadilla del Monte (Madrid): Mediterráneo-Meral, D.L. 2008
ISBN: 84-936332-9-5
Autores:    Textos: Jesús Perezagua Delgado.

Fotografías: Francisco Gracia Abril

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